Los errores más habituales, que hacen que la calefacción se esfuerce más de la cuenta… y esto a su vez se ve reflejado en la factura:
- Subir la temperatura: Esto es muy habitual. Llegar a casa y lo primero que se hace es subir la calefacción, porque se piensa que así se calentará antes. Tenemos que decirte que esto no es así. El ritmo de los sistemas de calefacción es constante, lo único que se consigue así es que trabajen más tiempo sin necesidad, gastando más energía.
- Olvidarse de las corrientes de aire: Revisar bien los puntos de fuga y sellarlos. No subestimar el poder de un buen aislamiento de puertas y ventanas.
- No realizar mantenimiento al sistema: Radiadores con aire acumulado, filtros sucios o unidades exteriores sin limpiar hacen que el sistema no esté a pleno rendimiento. Esto hace que exista más consumo y menos calor.
- Bloquear los radiadores (sin darse cuenta): Colocar muebles, cortinas o incluso la ropa húmeda para aprovechar el calor, esto, son barreras que impiden que el calor llegue uniformemente al resto de la vivienda, haciendo que el espacio tarde mucho más en calentarse.
Pequeños errores como estos al usar la calefacción pueden acabar afectando más de lo que se cree:
- La factura sube innecesariamente
- El planeta paga el precio con mayores emisiones de CO2
Optimizar el uso de la calefacción no es complicado. Conocer el sistema, evitando los errores habituales y aplicando trucos simples si se hace esto, se puede disfrutar de un hogar más cálido, ahorrar en los gastos y reducir la huella ambiental.
Trucos que marcan la diferencia
1. Aislar el hogar
No existe sistema de calefacción que gane la batalla si en una casa se tienen corrientes de aire por doquier. Es vital revisar ventanas y puertas. Si se siente que entra aire, invertir en selladores, son baratos y fáciles de instalar. Además, colocar cortinas gruesas o dobles en las ventanas, ayuda a retener el calor dentro de casa.
2. Ventilar con cabeza
En invierno, abrir solo una o dos ventanas durante 5-10 minutos, es suficiente para renovar el aire sin enfriar toda la casa. Y se puede aprovechar al mediodía o incluso más tarde, cuando la temperatura suele ser un poco más alta.
3. Reorganizar los muebles
Si un mueble bloquea un radiador, no se estará aprovechando bien el calor. Es importante dejarlos libres, necesitan espacio para que el aire caliente circule y llegue al resto de la estancia.
4. Usar el termostato como aliado
Aprender a programar el termostato para garantizar un funcionamiento eficiente de la calefacción. Por ejemplo, se pueden establecer horarios para que se encienda un poco antes de llegar a casa y que se apague cuando se va a dormir.
Si tienes alguna duda al respecto no dudes en consultarnos, te asesoraremos sin compromiso: